CURSO:

 Una analítica foucaultiana: Biopolítica y discurso identitario en Paraguay. 



Idea-fuerza: Michel Foucault (1926 - 1984) se ha convertido en uno de los pensadores más importantes actualmente. Sus interpretaciones sobre la locura, la prisión, el poder, entre otras cosas, han generado tanto la admiración como la repulsión de sus lectores. Desde campos aparentemente tan alejados como la historia, la arquitectura, la medicina comprendieron el rico pensamiento del francés y se han servido de su arsenal filosófico para pensar y replantear los problemas que suscitan ciertas cuestiones concernientes  a sus respectivas áreas de investigación.
Atendiendo a lo dicho, el presente curso tiene como punto de partida, analizar aspectos de la historia del Paraguay a la luz de las herramientas dadas por nuestro pensador y sus seguidores -en este caso, Roberto Esposito-, con el fin de poner sobre la mesa algunas cuestiones instauradas en la actualidad y volverlas a replantear; lo que se denominaría en pocas palabras una “ontología del presente”.
 Las clases estarán divididas en tres partes: archivo, aspectos teóricos y lectura situada. En el primer punto, se expondrá datos historiográficos referentes a aspectos fundacionales e identitarios de la historia paraguaya, tanto en la Guerra de la Triple Alianza como en la Guerra del Chaco, lo que denominaremos: “archivo paraguayo”. En el siguiente punto, se tocará brevemente la biografía de Michel Foucault y las herramientas escogidas a utilizar para problematizar las cuestiones dadas en la primera parte y a la par, mostrar las diferentes recepciones y usos que se han gestado en latinoamérica. Atendiendo al punto uno y dos, se culminará el curso con una lectura situada de ciertos eventos que se han dado en Paraguay, como son: la instauración de cierta racionalidad normalista con una fuerte carga higienista y racial, como la implementación de una maquinaría inmunitaria conformada por una lógica nacionalista y militar.

Docente encargado: Raúl Acevedo. Licenciado en Filosofía por la UNA. Investigador. Actualmente se desempeña como auxiliar docente en la materia de Estética, en la Facultad de Filosofía, UNA. Co-organizador de los eventos de Filosofía en el Bar. Ha presentado trabajos en ámbitos nacionales e internacionales. Sus intereses giran alrededor de pensadores como B. Spinoza, F. Nietzsche y la filosofía contemporánea, especialmente M. Foucault, G. Deleuze y F. Guattari. Actualmente se encuentra investigando sobre discursos fundacionales e identitarios del Paraguay y sus implicaciones biopolíticas, investigación que llevará al VII Congreso Latinoamericano de Biopolítica a realizarse en Chile.
Programa:

Clase 1. Presentación. Discursos identitarios.
Temas: Perspectiva general del curso. Distribución de clases: archivo, cuestión teoría y lectura situada. El archivo paraguayo. La guerra de la triple alianza (1864 - 1870): desolación y desarticulación institucional. Fragmentarización de la identidad nacional: Cecilio Báez (1862 - 1941) y Juan E. O´leary (1879-1969). Articulación del sujeto liberal: cretinismo y tiranía. Importancia de la educación: ciencia, saber e ilustración.  

Bibliografía
Báez, C.; O’Leary, Juan E. (2008). Polémica sobre la Historia del Paraguay. Asunción: Tiempo de Historia.
Baratta, M. V. (2019). La Guerra del Paraguay y la construcción de la identidad nacional. Buenos Aires: SB.
Brezzo, L. (2008). En el mundo de Ariadna y Penélope: hilos, tejidos y urdimbre de nacimiento de la historia en el Paraguay. En Polémica sobre la historia en el Paraguay. Asunción: Tiempo de Historia, p. 11-63.
Couchonnal Cancio, A. I. (2017). Donde nací como tú. Perspectivas en torno a la articulación de un sujeto político en Paraguay. Asunción: Tiempo de Historia.
Foucault, M. (1996).  El orden del discurso, Madrid: La piqueta.
Silvero, J. M. (2011). Cecilio Báez. Colección protagonistas de la historia. Asunción: El Lector-ABC.

Clase 2. Guerra del Chaco: nacionalismo y conformación de la unidad identitaria.
Temas: La guerra del Chaco (1932 - 1936). Tradicionalismo e ideas nacionalistas. Retomar el proyecto truncado por los liberales: de O’leary a N. González. Raza guaraní: el ser paraguayo y la soberanía nacional. Estado = expresión del pueblo. La figura del militar: personaje heroico y líder capaz de defender la patria.

Bibliografía:
Báez, C.; O’Leary, Juan E. (2008). Polémica sobre la Historia del Paraguay. Asunción: Tiempo de Historia.
Baratta, M. V. (2019). La Guerra del Paraguay y la construcción de la identidad nacional. Buenos Aires: SB.
Brezzo, L. (2008). En el mundo de Ariadna y Penélope: hilos, tejidos y urdimbre de nacimiento de la historia en el Paraguay. En Polémica sobre la historia en el Paraguay. Asunción: Tiempo de Historia, p. 11-63.
Brezzo, L. (2011). Juan E. O’Leary. Colección protagonistas del Paraguay. Asunción: El lector-ABC.
Makaran, G. (2014). Paraguay: El nacionalismo y sus mitos. México: Colección política, economía y sociedad en América Latina y el Caribe.
Foucault, M. (1996).  El orden del discurso, Madrid: La piqueta.

Clase 3. Caja de herramientas.
Temas: Breve presentación sobre Michel Foucault. Metodología: arqueología y genealogía. Estrategias de abordaje: eventualización y problematización.

Bibliografía
Castro, E. (2014). Introducción a Foucault. Siglo XXI. Buenos Aires.
________. (2011). Diccionario Foucault. Temas, conceptos y autores. Buenos Aires: Siglo XXI.
Foucault, M. (1982). La imposible prisión. Barcelona: Anagrama.
____________. (2013).Qué es usted profesor Foucault? Sobre la arqueología y su método. Buenos Aires: Siglo XXI.
____________. (1991). Microfísica del poder, Madrid: La Piqueta.
Morey, M. (2014). Escritos sobre Foucault. Madrid: Sexto piso.
Revel, J. (2009). Diccionario Foucault. Buenos Aires: Nueva Visión.
______. (2014). Foucault, un pensamiento de lo discontinuo. Buenos Aires: Amorrortu.

Clase 4. Sociedad disciplinaria e introducción a la biopolítica.
Temas: Disciplinamiento, vigilancia y normalización. Cuerpos dóciles. Ortopedia social y enderezamiento de las almas. De la anatomopolítica a la biopolítica.

Bibliografía:
Foucault, M. (2006). Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión. Buenos Aires: Siglo XXI.
__________. (2009). Historia de la sexualidad 1. La voluntad de saber, Buenos Aires: Siglo XXI.
Lemke, T. (207). Introducción a la Biopolítica. México: FCE

Clase 5. Biopolítica y paradigma inmunitario. (Invitado: Nicolás Gayol)
Tema: Hacer vivir, dejar morir. Racismo de Estado: lucha de razas y sus transcripciones. Seguridad y población. Paradigma inmunitario: protección negativa de la sociedad. Sistema inmunológico: conformación del enemigo externo.

Bibliografía:
Bazzicalupo, L. (2016). Biopolítica. Un mapa de la cuestión. Barcelona: Melusina.  
Esposito, R. (2011). Bíos. Biopolítica y filosofía. Buenos Aires: Amorrortu.
_________. (2009). Comunidad, inmunidad y biopolítica. Barcelona: Herder Editorial.
__________. (2005). Immunitas. Protección y negación de la vida, Buenos Aires: Amorrortu
Foucault, M. (2002). Defender la sociedad. Curso en el Collège de France (1975-1976), México: FCE.
__________. (2011). Seguridad, territorio, población. México: FCE.
Salinas Araya, A. (2014). La semántica biopolítica. Foucault y sus recepciones. Viña del mar: Cenaltes. 


Clase 6. Foucaulteanos y foucaultistas: Recepción y uso en latinoamericana.
Temas: Foucault, un autor inclasificable. Revisar y estudiar: E. Castro, T. Abraham y Esther Díaz.  Usar y pensar: S. Castro-Gómez, V. Gago. y M. Canavese. Foucault en Paraguay: el caso Benjamín Arditi (1985-1992).

Bibliografía:
Abraham, T. (1989). Los senderos de Foucault. Buenos Aires: Nueva visión.
Cáceres Mercado, S. (2011). El trabajo politológico de Arditi en clave posmoderna. (Años finales del stronismo y principios de la transición democrática). En: Paraguay: Ideas, Representaciones & Imaginarios, Asunción: Secretaría Nacional de Cultura, p. 93-117.
Castro-Gómez, S. (2010). Historia de la gubernamentalidad: Razón de Estado, liberalismo y neoliberalismo en Michel Foucault. Bogotá: Siglo del Hombres.
Canavese, M. (2015). Los usos de Foucault en la Argentina. Recepción y circulación desde los años cincuenta hasta nuestros días. Buenos Aires: Siglo XXI.
Díaz, E. (2014). La filosofía de Michel Foucault. Buenos Aires: Biblos.
Gago, V. (2015). La razón neoliberal. Economías barrocas y pragmática popular. Buenos Aires: Tinta limón.
Rios Rozo, C. E. (2019). A propósito de la noción de “crítica” en Michel Foucault. En Vertientes. Revista de estudiantes de Filosofía. N° 1, p. 24- 39.

Clase 7. Racionalidad normalista y biopolítica.  
Temas: Antecedente del normalismo: Carlos A. López. Cecilio Béaz y la extensión positivista. Instauración de la racionalidad normalista: institucionalización y regulación. Las Speratti y M. F. González: adoctrinamiento y biopolítica.


Bibliografía:
Báez, C. (1906). Cuadros históricos y descriptivos. Asunción: Talleres Nacionales de h. Kraus.
González, M. F. (1942). Misceláneas Paidológicas para padres y educadores. Asunción.
Monte de López Moreira, M. (2011). Adela y Celsa Speratti, Pioneras del magisterio nacional. Asunción. El Lector
Silvero, J. M. (2011). Cecilio Báez. Colección protagonistas de la historia. Asunción: El Lector-ABC.
__________ (2014). Suciedad, cuerpo y civilización, Asunción, Universidad Nacional de Asunción.
___________ (2017). El normalismo o la búsqueda del orden y la seguridad. In: Carlos Peris y José M. Amarilla (Org.). Seguridad Pública Ciudadana en Paraguay: Enfoque, debates, saberes y prácticas, Asunción, Ed. UNA, v. 1, p. 182-202.

Clase 8. Militarismo y paradigma inmunitario.  (Invitado: Nicolás Gayol)
Temas: A. Stroessner y la unidad identitaria: regulación y control. Conformación del paradigma y la maquinaria inmunitaria: nacionalismo y dictadura militar. El enemigo externo: el comunista, el legionario.

Bibliografía:
Anderson, B. (1993). Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen del nacionalismo. México: FCE.
Arditi, B. (1992). Adiós a Stroessner. La reconstrucción  de la política en Paraguay. Asunción: Centro de documentación y estudios. RP ediciones.
Esposito, R. (2005). Immunitas. Protección y negación de la vida, Buenos Aires: Amorrortu.
Fuentes Armandans, C. J. (2016). La maldición del legionario. Editorial Tiempo de Historia. Sociodata. Asunción. Paraguay.
González. J. N. (1935). El Paraguay eterno. Asunción: Editorial Guarania.
O’leary. J. E. (1830). Los legionarios. Asunción: Editorial de las Indias.
____________ (1959). Una carta al Presidente. El País, 21 de mayo, p. 1.
Rodríguez Álcala, G. (2007). Ideología Autoritaria. Asunción: Editorial Servilibro.
Soler, L. (2014). La larga invención del golpe. El stronismo y el orden político paraguayo. Asunción: Arandurã Editorial.

Gilles Deleuze - A propósito de Nietzsche.

Reseña:
Deleuze, Gilles. Nietzsche. Cuidad Autónoma de Buenos Aires: Cactus, 2019, 96 p.


I. Cuestiones históricas de la obra Nietzsche.

Los primeros traductores de Nietzsche, obra de Gilles Deleuze, fueron Isidro Herrero y Alejandro del Río para Arena Libros de España, en el año 2000. Libro difícil de conseguir. Actualmente, gracias a la Editorial Cactus, Nietzsche puede ser nuevamente encontrado, con una nueva traducción a cargo de Pablo Ires. Un verdadero lujo para cualquiera que se interese en el pensamiento de Nietzsche y de Deleuze. 
Recordemos que en 1962 sale publicado Nietzsche y la filosofía, libro extenso,  de enorme profundidad y originalidad, en el cual Deleuze muestra toda su genialidad y su manera particular de leer a los autores. Nietzsche como autor de la fuerza afirmativa contra la negación hegeliana, tal interpretación, le valió muchas críticas. El Nietzsche de Deleuze se relacionado con un vitalismo radical relacionado con Spinoza, además la del filósofo que ha llevado hasta las últimas consecuencias la crítica kantiana y la cuestión esencial, la de ser un pensador de la diferencia.  
Tres años después de ese libro, en 1965, Deleuze colabora en una colección de iniciación a la filosofía, escribe Nietzsche. Obra en la que el filósofo francés busca mostrar la unión entre la vida y el pensamiento del autor alemán. Escrito breve que aborda la vida y la filosofía, tocando conceptos esenciales de la producción nietzscheana, con citas extraídas de sus libros.
La obra Nietzsche se inscribe en el llamado “periodo monográfico” de Deleuze. Es el momento en que escribe sobre Hume, Spinoza, Bergson y otros autores. Todavía no aparecerían sus grandes obras sobre ontología, política y estética. En este aspecto, Nietzsche es una obra que sirve para entender las tesis centrales de la interpretación de Deleuze sobre el autor de Así habló Zaratustra, libro que no pierde rigurosidad por su extensión, ni mucho menos por ser un texto de iniciación filosófica. La obra en sí, podría decirse que es el hermano menor de Nietzsche y su filosofía, ya que Nietzsche trata de condensar en pocas palabras lo que Deleuze había escrito en el extenso libro del 62.

II. Deleuze y el libro del año 1965: Nietzsche.

Vida.
Deleuze inicia su libro recordando las tres metamorfosis mencionadas por el autor alemán en Así habló Zaratustra: la del camello, la del León y la del niño. Esto sirve para justificar la unidad que existe entre el pensamiento y la vida de Nietzsche. La del camello, cargada por la historia como profesor, la intimidad con Wagner y sus “últimos fardos”, la del nacionalismo y cierta simpatía por Bismarck. Es así que el León empieza a rugir, comienza a despreciar a Alemania. Con El nacimiento de la tragedia, Nietzsche inicia su camino, cuatro años después en La cuarta intempestiva ya muestra sus reservas sobre Wagner. El autor alemán se interesa por las ciencias positivas. Su salud se ve afectada, lo que lleva a cambiarlo de hábito. Y con ello su alejamiento de Wagner.
Desde 1878 comienza la vida viajera, va de Suiza a Italia y al Sur de Francia. A veces solo, a veces con amigos. Con la etapa del León, aparece la crítica a los valores, con Humano, demasiado humano. La enfermedad se vuelve insoportable. Pero a pesar de eso, la enfermedad no fue inspiración para la filosofía nietzscheana. Al contrario, es un punto de vista sobre la salud y en la salud un punto de vista sobre la enfermedad. A eso, Nietzsche, según Deleuze, lo llama el desplazamiento de las perspectivas. Entre 1883 y 1885, escribe los cuatro libros del Zaratustra. El León comienza a devenir. Con el libro la crítica es llevada a otro nivel, la crítica se convierte en un arma para la “transmutación” de los valores. Es la del devenir-niño. Con todo eso, el autor alemán pasa por varias cuestiones, sus amigos se alejan, su hermana, Elizabeth, se casa con un proto-nazi y vive en Paraguay. Pero llega el gran año, dice Deleuze, en 1888 aparecen: El crepúsculo de los ídolos, El caso Wagner, El Anticristo, Ecce Homo. La facultad creadora de Nietzsche está en lo más alto, el último impulso antes del hundimiento.
El cuadro clínico de Nietzsche empeora, el arte del desplazamiento de perspectivas ya falta, la enfermedad se confunde con el final de su obra. La última bufonada. Su hermana se encarga de cuidar de él, de la difusión de su obra y organizar el Nietzsche-Archiv. Pero, en palabras de Deleuze, no fue merito suficiente para desdibujar la figura de su hermano y acercarlo al nacionalsocialismo. La suprema traición.

Filosofía.
Nietzsche representa una nueva imagen del pensador y del pensamiento. Un pensador que interpreta y evalúa. El intérprete es un médico y evalúa los síntomas. El filósofo del porvenir. Para Deleuze, Nietzsche es un pensador que busca la unidad del pensamiento y la vida. Que el pensamiento afirme la vida y que la vida active el pensamiento. La filosofía para Nietzsche se encargó de juzgar la vida, de condenarla, volverla enferma, débil, deviniéndola conservadora. La filosofía así transporta pesados fardos morales y culturales. Teniendo como causante a Sócrates el gran juzgador de la vida y siguiéndolo, Kant, ya que su crítica no llego a cuestionar el ideal del conocer, las pretensiones de moralidad, ni la naturaleza y el origen de sus valores, se quedó a medio camino. Esto se prolonga en la dialéctica, que utiliza los mismos trucos, recuperando propiedades alienadas del hombre. Una vida disminuida y un pensamiento mutilador.  
La apuesta de Nietzsche, en palabras de Deleuze, es romper con aquello que enferma la vida, que lo vuelve impotente. Devolver al hombre la fuerza vital. Después de la muerte de Dios, asecha el nihilismo y con ello los contagiadores del resentimiento y la mala conciencia. Aquellos que buscan ocupar el trono dejado por Dios, pero nada más para reproducir lo mismo. La lectura que hace Deleuze resume las tesis esenciales de Nietzsche, centradas en la afirmación de la vida, el combate feroz con el nihilismo reactivo, apostando por una filosofía ligera, danzarina y afirmativa.
El filósofo francés menciona cuatro contrasentidos que pueden ayudar a todo lector de Nietzsche a no caer en trampas que puedan desviar la fuerza de la filosofía nietzscheana. En primera instancia, la mala interpretación que se hace de la voluntad de poder, entendida como voluntad de dominación, “querer dominar” o “querer el poder”. La voluntad de poder tiene como principio la plasticidad y creación de nuevos valores. Consiste en crear y dar. En segunda instancia, cuando Nietzsche habla de los fuertes y débiles, no se refiere a ningún régimen social que se impone sobre otros. Se refiere a las fuerzas que engloban a ambas, los débiles se apropian de la fuerza, contagiando de resentimiento y mala conciencia; una fuerza reactiva. En cambio, los fuertes afirman la voluntad de poder, dicen un a la vida, transmutando los valores. Las fuerzas se vuelven activas. La tercera instancia se refiere al eterno retorno, creer que se trata de una idea antigua, griega, babilónica o hindú. Pensar que se trata de un ciclo o de un retorno de lo Mismo. Y en última instancia, pensar que las obras finales de Nietzsche son excesivas o descalificadas por la locura. Después de pasar por la filosofía nietzscheana, Deleuze hace un recuento del bestiario y los personajes que utiliza el alemán, con la explicación de cada una de ellas y el lugar que se les da dentro de la filosofía. Para pasar a una selección de textos donde Deleuze muestra el sustento bibliografía de su hipótesis de lectura, su importancia y su fuerza.
 Para concluir, el pequeño libro es una gran introducción al pensamiento nietzscheano. Para nosotros lectores paraguayos, Nietzsche puede ayudar a desmitificar ciertas interpretaciones ya desfasadas respecto a su filosofía, por citar algunas: la lectura biologicista, centrada en la relación Darwin-Nietzsche, las lecturas pseudo-políticas que tratan de ubicar a Nietzsche como un pensador conservador e irracionalista y la lectura pesimista y reactiva de la fauna nihilista. Con todo esto, Deleuze nos invita a leer a Nietzsche como un pensador de las fuerzas activas, crítico acérrimo de las costumbres que esclavizan y nos vuelven débiles, un pensador que va más allá de la política convencional. La gran enseñanza que nos puede dar el libro es pensar una ética de la vida, inmanente y una política que cuestioné el modelo imperante, el retorno de las fuerzas reactivas. Por suerte, ya existen algunos lectores paraguayos que entendieron el mensaje y piensan en Nietzsche como clave para cuestionar lo cotidiano, lo cultural y lo político. Nietzsche obra de Deleuze, es uno de ejemplos de la gran interpretación francesa de los 60 que actualmente llega a nuestras manos. No podemos desecharla.




M. Stirner, el perro perdido de la filosofía menor.

Reseña
Filosofía para perros perdidos: variaciones sobre Max Stirner. Editorial Autonomía, Buenos Aires, 2018, 320pp. De Adrián Cangi - Ariel Pennisi.


Ya lo había dicho alguna vez un excéntrico científico: la única forma de matar a alguien es olvidándolo. El libro que vengo a reseñar, Filosofía para perros perdidos: variaciones sobre Max Stirner, es un auténtico libro-fuerza escrito a cuatro manos por adrián Cangi y Ariel Pennisi (de aquí en adelante Cangi-Pennisi). La obra aborda el pensamiento de uno de los autores olvidados de la historia de la Filosofía y de la gran filosofía -como dicen los autores-, hijo terrible de la modernidad (Sloterdijk) y proto-postestructuralista (S. Newman). Estoy hablando de Max Stirner, seudónimo de Johann Kaspar Schmidt.
Cualquiera que abra un libro de historia de la filosofía encuentra la figura de Stirner asociada a los “jóvenes hegelianos”, aquellos pensadores que siguieron las sendas del maestro Hegel, después de su muerte. Cada uno de aquellos jóvenes, entre los cuales se encontraban nombre como B. Bauer, L. Feuerbach, A. Ruge, K. Marx y por supuesto Max Stirner. Partió del pensamiento dialéctico para cuestionarlo y navegar las olas del propio pensamiento. Esto le valió a Stirner y su único libro, El Único y su propiedad, una de las críticas más despiadadas de la historia del pensamiento, dada por K. Marx y F. Engels en La ideología alemana, gracias a lo cual su obra fue tirada al borde del abismo, al fracaso. Tal crítica virulenta, según Cangi-Pennisi siguiendo a Calasso,  sería porque la obra stirneriana representaba un gran peligro, por su ruptura con el esquema de clases y  porque escapaba a lógica de la antropología pequeñoburguesa. Pensamiento abstracto, robinsonada, poco profundo y un largo etcétera son los insultos que recibe Stirner de parte del dúo alemán.  
Con esta brutal crítica empieza el recorrido por las olas salvajes de Filosofía para perros… Fracasar en tiempos de triunfalismos y exitismos fue el camino que siguió Max Stirner. Con Stirner uno cuestiona el “buen sentido” del triunfo y el éxito, sin redención alguna, donde el fracaso es el motor, el impulso y la condición del pensamiento autónomo, crítico de eficiencia, opuesto a la adaptabilidad normalizada en tiempos de meritocracia, es decir, servidumbre. Con prosa dramática -cuentan Cangi-Pennisi- Stirner combate los valores de su época, puro espíritu trágico sin ser justiciero ni derrotista, aceptando lo que es para navegar la realidad que no ofrece garantías. El libro El único y su propiedad, a pesar de los golpes propinados por Marx y Engels, supo encontrar sus lectores. Dice P. Sloterdijk en Temperamentos filosóficos, parafraseando a Fichte, que la  filosofía que uno elige depende del tipo de persona que se es, y si pensamos en Stirner, su filosofía atrajo a “autodidactas y desviados”, como bien se puede leer en un pasaje de Filosofía para perros… Practicar una filosofía “fracasante” implica una ética que no arrastre a ninguno ni postule  liderar a nadie. Según Cangi-Pennisi, a Stirner no lo movilizaba la ambición por las jefaturas intelectuales ni políticas, sino más bien la singularidad, la experimentación.
Los autores utilizan la figura del “anarca”, extraída del Eumeswil -novela de Ernst Jünger- donde encuentran vecindad con Stirner como figura conceptual. El anarca no suena panfletario ni sostiene principios en alta voz, es un mochilero sin mochila que prescinde de todo “ismo”. Se construye de tal modo que ningún tirano lo alcance, buscando dominarse a sí mismo. El anarca es un pulidor de lentes de una ética anarquista, que va más allá del contra y el por del capitalismo y su lógica, el anarca va al costado como una existencia que baila efectuaciones y contra-efectuaciones, que no es individuo ni grupo. En este punto vale resaltar el análisis hermenéutico de los autores, dialogando con figuras como un joven Borges, M. Onfray, C. Ferrer, entre otros, enriqueciendo el entramado argumentativo referente a Stirner y el anarca jungerniano.
En uno de los capítulos, los autores se centran en el Yo stirneriano entendido como un Yo que parte de la nada, extrae su mundo desde ahí, lejos de abstracción fantasmagórica de Yo absoluto, es un Yo de la “miniatura”. El Yo de Stirner no está ligado a lazos de sangre ni a vínculos de la humanidad universal, sino a una auto-constitución creadora que avanza sin Dios y sin Hombre. El yo, el de carne y hueso, lleva la crítica radical del fundamento y del más allá. Un Yo que cuestiona toda antropología de corte humanista feuerbachiana y patriarcal, el Hombre, como sujeto de enunciación, y con ello, todas las categorías de la filosofía occidental (Alma, Espíritu, Yo, Humano,  Sujeto, Objeto, Estado, Mercado), un Yo que permanece abierto y que cuestiona el regodeo del poder hacia una unidad cerrada. El Yo de la razón es cuestionado y efectuando la apertura al cuerpo, dinamizando, y formulando “el proceso de formación movido por las fuerzas del acontecimiento”. Aparece así en Yo singular, que no busca ejercer la voluntad de poder sobre otros, sino que práctica una voluntad de expresión libre y personal, que no cesa de auto-engendrarse en espíritus de personas libres.
Cangi-Pennisi hacen un rodeo por tres pensadores que en su momento hablaron de Yo, relacionando a cada uno con Stirner. Los autores comienzan con Freud, para hablar de la ligazón del narcisismo como representación en imagen y por otro lado, conectado al ideal Yo, conciencia moral, que depende -según los Cangi-Pennisi- en cierta medida de lo impuesto desde afuera y ponen como ejemplo el principio de autoridad incuestionado y un modelo de éxito que garantizan una escala de valores ajenas a la autoconstitución del individuo, cerrando el propio proceso. En este sentido el Yo narcisista es un Yo débil, que se orienta de acuerdo a su propia debilidad, en cambio el Yo stirneriano es un Yo de apropiación, que se apropia de las fuerzas, aquello que le conviene, un Yo fogonazo que se apaga antes de volverse jerarquía. El siguiente autor es Foucault, los autores abordan el análisis que hace sobre el Yo estoico entendido como “aquello de lo que se puede ser amo”, constituido de ejercicios de comprensión sobre lo que se forma como dominio propio. El Yo estoico no es ninguna individualidad sustancial, autorreferencial, pues necesita de la ética como factor indispensable. Tiene que experimentar relaciones con las cosas y con los otros. El Yo estoico es una fuerza entre fuerzas, nunca un objeto privilegiado, ni “un culto del Yo californiano” que lo adjudica como verdad último. El Yo estoico tiene como problema la construcción ética y trabajo sobre sí, en este aspecto existe una gran resonancia con Stirner. Por último toman a Nietzsche, tomando un texto pedagógico de Stirner donde se habla de la formación de creadores o de la simple formación servicial os autores analizan la relación implícita entre los dos alemanes. Stirner entiende la educación superior como la doma de siervos voluntarios y la formación de señoríos como que distingan al docto del pueblo común. Para los autores, Stirner cuestiona esa posición de dominio, considerándola hegemónica, ya que gira en torno a la conservación del saber, oponiéndose a la búsqueda de sí mismo.  Para Stirner, la investigación vital propia de un auténtico  propia de un auténtico se basa en el “querer” y no en el “saber”. El hombre puede ser dueño de cosas, pero en su práctica no produce naturalezas libres. La semejanza con Nietzsche se da al considerar las naturalezas libres como expresión de la libertad de pensamiento, convertida en libertad de la voluntad. La voluntad libre es sinónimo de la voluntad de poder nietzscheana, ya que se manifiesta como expresión de la obra.
Un siguiente punto que los autores no dejan de lado es la singular idea de “egoísmo” y su relación con el individuo, preguntando qué fuerzan tensan y arman al individuo, qué lo hacen consistente y también inconcluso. En este aspecto Stirner no entiende al individuo como un dato natural, sino como una formación histórica que depende de determinados valores y sus zonas no pensadas. El alemán se detiene en la fragilidad de ese Yo efímero que es el individuo, un Yo paradójico que conquistando vida se hace vida. Para Stirner nada está dicho, pensar la nada es pensar las fuerzas y capas históricas que actúan sobre las situaciones que fuerzan a pensar y actuar. Es por eso que se enfrenta a la moral y la lógica del sacrificio, en vecindad con los libertinos. Stirner, defiende el “goce de sí” que nada tiene que ver con el narcisismo, es hacerse cargo del egoísmo, de la capacidad de aferrar la existencia en el desapego a los valores abstractos heredados, de apropiar parcelas del mundo y desapegarse sin nostalgias. El egoísmo de Stirner busca una reunión con la potencia que se mantiene cerca de lo irresoluble. Es entregarse al mundo sin hipocresía ni sacrificio. Con esto se da una gran diferencia entre el supuesto individualismo stirneriano y el individualismo liberal, primero epistemológicamente, y segundo las consecuencias ético-políticas. El individuo liberal -dicen los autores- es una categoría de medida para la vida social, la competencia mercantil y presupone la argumentación jurídico-moral como traducción de una antropología individualista. El individuo liberal es esclavo de la lógica del Hombre y del “buen ciudadano” del Estado burgués, dominado por obligaciones y sometido a las convicciones cívicas.
Cuando Stirner critica el liberalismo, lo critica desde la discusión kantiana de la mayoría de edad. El liberalismo sueña con ser la humanidad con mayoría de edad, con un pueblo mayor de edad. Stirner alerta que “esa mayoría de edad” se encuentra normalizada, por su adaptabilidad y su negociación a una sujeción normativa de reglas abstractas. Una mayoría de edad que acepta el principio de realidad. Una especie de resignación y “superación” de una minoría de edad. Stirner - según los autores- contrapone una figura de la adultez que conserva la inquietud inexplicable del crío, como también la tenacidad experimental. Ser adulto no significa pasar de un estado ciclotímico entre resignado y superado, sino más bien, un proceso de crecimiento de esas mismas fuerzas. Adulto para Stirner, es aquel que problematiza, incorpora, elige, dejándose problematizar, incorporar y elegir, no un adulto normalizado. De esto surge la pregunta de los autores: ¿qué colectividad habilita o cuál constriñe esos devenires? - respecto a los devenires del adulto-. Toda vida en común, esa que mira sobres sus relaciones, pide a cambio reverencia y obediencia a un principio de autoridad o causa última, configura un límite exterior y trascendente que interiormente sirve como terror en el aire. Para Stirner existe una diferencia entre límites imaginarios que la vida social instituida impone a cambio de reconocimiento y el límite como parte constituida de la experimentación. El primero se funda en la renuncia de sí y el segundo ubica una relación más franca con lo real: sentimos finitud no impotencia. Stirner ve que la sociedad es como una prisión reglada por el juramento u obediencia donde el espacio define las relaciones y no al revés. La prisión crea sociedad, una cooperación, una comunidad de trabajo -dicen los autores-, pero no relaciones recíprocas, ni asociación. Aparece la apuesta política de Stirner, el asociacionismo, la asociación sustrae los regímenes reglados de la modernidad con sus jerarquías y creencias. En la asociación surgen distintas disposiciones. Si la época constriñe, la relación de asociación tiende a la clandestinidad, si las relaciones son favorables, la libre reciprocidad puede formularse en voz alta para atraer curiosos, distraídos, aventureros o sobrios inesperados.
Elemento esencial, no alejado, que no se mencionó arriba, es la propiedad. La propiedad - dicen los autores- está en el corazón de la constitución del hombre que sirve como resonancia para la construcción antropológica y política, en tanto está destinado a tener cosas y tenerse a sí mismo. Stirner no escapa de eso, pero su pensamiento se distancia de toda una concepción tradicional de la propiedad. Cangi-Pennisi, contrastan con las visiones de autores como Hobbes, Locke, Stuart Mill, Hegel, Proudhon y Engels. Para Hobbes la propiedad surge del conflicto y debe ser mediada por un propietario absoluto, el soberano, que pueda garantizar la propiedad y la seguridad de cada una de las individualidades. Para Locke, la primera propiedad es la posesión de cada uno. El mundo se transforma y la propiedad se transforma en la medida que el hombre lo trabaje. El presupuesto central de la propiedad es que Dios ha dado el mundo para que los hombres racionales lo trabajen y lo usen y eso es lo que da el título de propiedad y no el capricho de los revoltosos. Stuart Mill en cambio apuesta a una libertad individual sobre lo colectivo, la propiedad en este aspecto tiene que ver con el progreso individual y la evolución general, contribuyendo a sí mismo y a la sociedad. La propiedad forma parte de la lógica del progreso individual. Para Hegel, la propiedad está relacionada con la “voluntad” y la “libertad”, la propiedad expresa la  existencia inmediata de la voluntad. Unidad de medida en función del ser social. Hegel- dicen los autores- llama a la propiedad la primera experiencia de la libertad, que es la objetivación de la voluntad. Generando así el justificativo para la propiedad privada, la cosa apropiada se cristaliza en “lo mío”. Para Proudhon, la propiedad es cuestionada desde la moral, la propiedad privada es anti-natural. La propiedad es un robo, es injusto y asocial. Engels por su parte, discutiendo con Proudhon, preocupado por que los obreros sean propietarios de sus viviendas, ya que según él esto podría ocasionar problemas con la difusión de la burguesía dominante. El caso es que eso provoca inmovilidad y no podrían generar las condiciones para la emancipación. Stirner se diferencia de todos ellos porque para él la propiedad es un principio existencial que concierne a la potencia. La vida que recorre el cuerpo y lo entrama con los otros. Es la huella del existir, siempre fresca.
Muchos de los presupuestos de la teoría stirneriana le valieron el apodo de “sofista moderno”, dado por el historiador de la filosofía moderna Kuno Fisher, ya que consideraba su pensamiento bajo e indigno. Fisher es citado por los autores para describir el andamiaje teórico de Stirner respecto a Hegel y los hermanos Bauer, cuestionando el esquematismo historia de la filosofía. Citando a los grandes sofistas de la antigüedad -Cangi-Penissi- recrean la lectura hegeliana de tales autores, cómo entienden el concepto y la formación del discurso, sin dejar pasar la idea del fundamento y el devenir. Problemas de orden ontológico de los que  Stirner escapa y busca replantear. Los autores no concuerdan con el apodo dado por Fisher, ya que ven en Stirner un pensador que pudo escapar de su tiempo y que Nietzsche pudo percibir. Un capítulo que incita a leer y releer a otros autores “criminalizados” por la historia de la filosofía hegemónica y entender los grandes problemas que se dieron respecto a la disputa entre los sofistas y Platón, y cómo esto llega a Hegel.
Stirner, como todo joven hegeliano, quedó encantado con la Ciencia de la Lógica, especialmente la parte de “La doctrina del ser”, pero se aleja de algunos presupuestos del mismo.  Cangi-Pennisi citan a Gilles Deleuze para recordar que Stirner fue el que lleva hasta las últimas consecuencias la dialéctica, mostrando hacia donde conduce y cuál es su motor. Un Stirner que ve el carácter moral de la dialéctica, una filosofía conservadora, donde esta lleva a consolidar el deseo de Hegel de ver la monarquía como realización de la vida social cristiana. Como efecto de ello, aparece la figura de un Stirner anticipador de Nietzsche. En este aspecto, para los autores, Nietzsche fue buen lector de Stirner porque supo asumir el “trabajo sucio” stirneriano, un nihilismo radical que niega todo lo que es negador, desmantela la filosofía del siglo XIX, deja un desierto y así da el salto de la negación radical a la transvaloración de la moral. Nietzsche hereda varios postulados de Stirner, la pregunta por el “quién” y no el “qué”, la crítica a la moralidad, las bajas pasiones, el escepticismo antes los sistemas heredados y tal vez, el legado epistemológico que supo recoger Nietzsche: preguntarse no por la conciencia y sus movimientos, sino por la voluntad de poder o la potencia propia como unidad de medida. El desplazamiento del problema de la conciencia al problema del poder.
Resalta el análisis de la ontología de Stirner, la crítica al Ser occidental apostando por el “menor ser”, que se caracteriza por una igualación sin jerarquías frente al poder del Ser, abriendo la dimensión de la “potencia” y la “relación” que intenta acabar con toda “mediación”, ataque radical a Hegel. Los autores subrayan la formulación herética de Stirner “mi potencia es mi propiedad” y “la dimensión de la existencia relacional”. Reducción única singular igualada a la dimensión del evento y la exterioridad del mundo. “Cuerpo” y “relación” son el concentrado histórico-conceptual que se abre a la exterioridad. Para los autores, toda idealización del ser es cuestionada, como en Spinoza y Nietzsche.  Stirner dice que es nada más la conciencia moral que llega tarde cuando irrumpe el acontecimiento. Gesto radical de una operación crítica positiva que busca desarmar la culpa y la alienación. El menor ser pide ser pensado como un desarme en la estructura dominante del ser occidental, de Parménides a Kant y Hegel  a Heidegger. La cualificación del ser como relación hace que Stirner cuestione el Ser como fundamento ontológico, abriendo así una posible teoría del menor ser. Cuestionar toda mistificación del hombre es la tarea de Stirner, con la intención de reconducir a su límite. Volver posible la propia potencia del “sí mismo” singular e inmanente, desplegar la potencia del “tener”. Una exasperación de una filosofía no idealista.
Con todo lo dicho, seguir describiendo el libro implicaría muchas páginas más. La riqueza de Filosofía para perros... sobrepasa cualquier texto encargado de comentar ideas generales o narrar algunas anécdotas del autor trabajado. Pasando las páginas, uno encuentra un sinfín de elementos que provocan seguir leyendo y también investigar posibles diálogos que se pueden dar con todas las singularidades que agitan la cabeza de nuestro tiempo. Stirner, autor escogido por Cangi-Pennisi, es de esos pensadores inactuales que te permiten ver que existe una filosofía menor que se resiste a los avatares del tiempo y al in-pensamiento. Un libro que narra una teoría de la consistencia afectiva, política y vital en un contexto de inconsistencia de lazos amorosos y de amistad, y de relaciones comunes -como bien dicen los autores-. Stirner debe ser tenido en cuenta como lo que es, como un fracasante que ha buscado abrir nuevas maneras de pensar, de enseñar y aprender a abrazar la fragilidad de todo ser humano y por sobre todas las cosas, ser un escéptico ante los grandes conceptos y categorías que nos avasallan constantemente y niegan la potencia que cada uno posee.