Mark Fisher: ¿No hay alternativa? Reseña de la clase 8.


Resultado de imagen de mark fisher


En su libro Realismo capitalista, el británico Mark Fisher reflexiona sobre las nuevas subjetividades y mutaciones del capitalismo tardío. 

Realismo capitalista indaga en los "numerosos callejones sin salida alumbrados por el neoliberalismo": la situación del trabajo en el posfordismo, la disciplina versus el control, el modo en que el capitalismo incorpora en su interior al anticapitalismo. Sin embargo, los dos ámbitos más estudiados por el autor, ambos vinculados con su experiencia personal, son la educación y la salud mental.

Desde el título de la obra como analogía al “realismo socialista”, el realismo capitalista que conceptualiza Fisher está representado en el slogan tatcheriano de “no hay alternativa”; un capitalismo que no solo es visto como el “único sistema económico viable”, sino al que parece “imposible incluso imaginarle una alternativa”. Para el británico el realismo capitalista no es ideología, propaganda o configuración cultural, ni siquiera una posición política favorable al neoliberalismo, sino su pura naturalización.

Según Fisher, podemos encontrar dos importantes aporías en este Realismo capitalista contemporáneo:

En primer lugar, mientras el neoliberalismo se vanagloria de una libertad de mercado que permitiría el desarrollo de los individuos, en realidad produce sujetos en estado de perpetua ansiedad. En esas circunstancias proliferan una serie de afecciones psicológicas como la depresión, la euforia consumista incapaz de “hacer cualquier cosa que no sea buscar placer” (lo que llama hedonia depresiva) y la bipolaridad, paralela a los ciclos de auge y depresión del propio sistema. 

Esas afecciones son atribuidas a problemas de desequilibrio neuroquímico, o problemas familiares particulares, es decir, son privatizadas y no analizadas desde sus causas sociales. La salud mental es así despolitizada. 

La segunda aporía se relaciona con la burocracia. Mientras el realismo capitalista gusta presentarse como antiburocrático en oposición a los “socialismos reales” así como a los remanentes del Estado de bienestar, en realidad lo que ha proliferado es una burocracia descentralizada que funciona como una forma de autovigilancia permanente. 

Ya sea en el trabajo posfordista o en la academia, o en la escuela, los sistemas de evaluación y autoevaluación, las auditorías permanentes y la postergación indefinida de los deberes conducen a un cuadro psicológico donde impera la ansiedad perpetua y la insatisfacción. La burocracia y mercantilización de la educación, por ejemplo, sería la prueba de la transformación de las antiguas estructuras disciplinares y autoritarias en nuevos modos de control que ya anunciara Deleuze.

Se trataría de una estructura donde la desregulación del capital y el trabajo, es causa de “frías señales de alarma a través de la espina dorsal de cualquier trabajador”; un sistema social que combina “imperativos de mercado y ‘objetivos’ definidos en términos  burocráticos” constituyendo una suerte de “stalinismo de mercado”.

Hiper-expresividad y patologías contemporáneas. Reseña para la clase 7.


La imagen puede contener: 3 personas, incluido Bifo Scepsi
Franco BIFO Berardi es un activista y pensador contemporáneo italiano, que goza de una gran repercusión en Latinoamérica, especialmente en Argentina y Chile. El interés del autor es trazar las nuevas mutaciones del capitalismo, el cual ya no sólo se apropia de la fuerza de trabajo, sino del deseo, de la imaginación y de los afectos (Berardi lo llama semiocapitalismo).
Lo que nos interesa de la profunda reflexión de BIFO, es trabajar las nuevas formas de socialización laboral que aparecen con el boom de la web en los 90. Entender la re-definición que hace Berardi del concepto de “trabajo abstracto” propuesto por Marx para poder pensar las nuevas formas de precarización laboral. Estas nuevas precarizaciones tienen una fuerte relación con el trabajo cognitivo, es decir, con las nuevas formas de explotación que abarcan la creatividad y el pensamiento, y todo esto con la expansión de las nuevas tecnologías informativas.
Con la transformación de las tecnologías digitales se ha puesto en marcha diferentes fragmentos de trabajo en un mismo flujo de información y producción, en la red, rompiendo así la función de mando jerárquico de las fábricas, ahora la función es transversal y desterritorializante, impregnando cada fragmento de tiempo de trabajo, aunque no se identifique con un lugar particular, con una persona, con una jerarquía.
La figura del obrero deviene en empresario de sí. La figura del trabajador asalariado clásico, a quien el empresario debía garantizar asistencia, pensión y vacaciones, cambia drásticamente, es ahora el propio trabajador-empresario de sí que debe hacerse cargo de tal protección. Con esto el empresario de sí, culturalmente, debe identificarse con su tarea, una especie de misión existencial que la sociedad le ha encomendado, cargando con los logros o fracasos que tienen relación con el plano económico.
No es raro por ello que aparezcan nuevas patologías y una expansión de medicamentos para “aliviar” los malestares de la sociedad. Con la creciente competitividad que impera en la actualidad, se produce una fuerte estimulación narcisista que trae consigo ciertos riesgos. BIFO dice que la norma social no admite la posibilidad del fracaso, porque éste es situado en el terreno psicopatológico. La norma social no admite el fracaso dentro de la nueva economía.
Para ser eficiente en esta nueva economía de competición, es cada vez más necesario el uso de sustancias psicoestimulantes o antidepresivos. BIFO se pregunta cuantos operadores sobreviven sin consumir Prozac, Zoloft o cocaína. Esta habituación a sustancias psicotrópicas es un elemento estructural de la economía psicopatógena. Cuando el imperativo de la competición es fundamental en la vida social, se puede estar seguro de producir las condiciones para la aparición de una depresión de masas. La actualidad del pánico y la depresión en la época del hipercapitalismo liberal no es nada extraño.


El hombre postorgánico y la intimidad como espectáculo (clase 6)

Siguiendo las huellas de pensadores como Foucault, Deleuze o Guy Debord, la antropóloga e investigadora Paula Sibilia ha reflexionado sobre la relación entre cuerpos, subjetividades y tecnologías en las sociedades contemporáneas.

La autora argentina trata de explicar los cambios sociales que se están dando en nuestro presente: desde la crisis del sujeto moderno y su visión antropocéntrica; la metamorfosis de las relaciones sociales producto de la hiperconectividad; las nuevas modalidades de control que se ejercen sobre los cuerpos y las subjetividades, tanto de manera directa e indirecta y la expansión de la extimidadad como imperativo de modo de vida en el mercado del marketing.

En el hombre postorgánico, Sibilia parte de la descripción de la mutación del capitalismo, y su transición de industrial, mecánico y analógico, a un capitalismo postindustrial, digital e informático.

Foucault analizó con detalle los mecanismos disciplinarios que hacían funcionar la sociedad industrial con el ritmo siempre cronometrado de infinitos relojes, cada vez más precisos.
En el periodo industrial (dice Sibilia) el reloj tenía la función de marcar mecánicamente el paso del tiempo, simbolizando la transformación esencial de la sociedad occidental al industrialismo en su lógica disciplinaria. El sujeto estaba condicionado a cumplir cierto horario laboral en la fábrica, en la escuela, en su hogar, en su tiempo de ocio. El reloj distribuía de manera mecánica y eficiente toda la vida de los sujetos, desarrollando técnicas de moldeamiento y normalización. Es así que surgió en palabras de Sibilia, el productor disciplinado.

En las últimas décadas, sin embargo, se desencadenó un proceso vertiginoso de transición de aquel régimen industrial hacia un nuevo tipo de capitalismo, globalizado y postindustrial. Deleuze sistematizó este conjunto de transformaciones, vislumbrando la formación de un nuevo tipo de sociedad: La sociedad de control.

A medida que pierde fuerza la vieja lógica mecánica (cerrada y geométrica, progresiva y analógica) de la sociedad disciplinaria, emergen nuevas modalidades digitales (abiertas y fluidas, continuas y flexibles) que se dispersan aceleradamente por toda la sociedad de control.

Si en el período industrial (sociedad disciplinaria) se buscaba que los sujetos sean dóciles y productivos, en la sociedad de control las fuerzas vitales se metabolizan, cambiando constantemente al mercado de las nuevas subjetividades, formando parte de diversas muestras, nichos de mercado, segmentos de público, targets y bancos de datos. Sibilia subraya con esto, que los “modos de ser” se vuelven mercaderías de gran valor, de consumo inmediato por los “targets” a los cuales se dirige. Ya no se trata del productor disciplinado, sino del "consumidor controlado" de nuestro tiempo.

Humanidad aumentada y siliconización de la vida. Clase 5.


La imagen puede contener: 1 persona, lentes de sol

Eric Sadin es uno de los autores franceses más renombrados en lo que respecta a la crítica de las tecnologías digitales y su vínculo indisociable con el orden económico y político (lo que llama tecnoliberalismo). En nuestra lengua se han traducido dos de sus obras: La humanidad aumentada y La silicolonización del mundo, ambas claves para entender su pensamiento y su mirada respecto al avance de las tecnologías exponenciales a través de plataformas como Google, Facebook, Netflix, y de las nuevas aplicaciones que aparecen día a día, y que en muchos casos operan en colaboración de los usuarios, de manera voluntaria.

Para Sadin, es claro que vivimos en un mundo hiperconectado, gracias al avance tecnológico y a las aplicaciones digitales que invaden constantemente nuestra vida cotidiana, y conducen nuestras decisiones (o en términos del francés) se es asistido por dispositivos y artefactos tecnológicos, o sea por algoritmos. El ejemplo que utiliza Sadin es la figura de Hal 9000, el robot que aparece en “2001. Odisea del Espacio” de Stanley Kubrick, la súper computadora que asiste a la tripulación de la nave, y que en ese aspecto se anticiparía a la inteligencia artificial del siglo XXI, la cual para el francés se constituye en todo un "superyó" que dirige nuestra toma de decisiones. Las aplicaciones digitales conducen a que buena parte de nuestra actividad diaria consista en delegar nuestras decisiones a sistemas informáticos. Ejemplo de ello sería Google maps y otras tantas aplicaciones, con las cuales se pasa (en términos de Sadin) de “un sujeto humanista al individuo algorítmicamente asistido”. Este individuo asistido se refleja en la construcción de un perfil, que es la serie de datos asignados a un sujeto en la vida social digital.

La conquista de la vida y su organización algorítmica se expande por todo el mundo, por medio de las grandes empresas de Silicon Valley (Google, Facebook, Apple, Netflix, etc). Para el francés, Silicon Valley no es solo un territorio sino un espíritu en vías de colonizar el mundo (silicolonización), llevado a cabo por misioneros industriales, universidades, thinktanks y por una clase política que alienta la edificación de valleys en todos los continentes bajo la forma de “ecosistemas digitales” e “incubadoras de empresas start-ups”.

Se trata del avance de la "ideología californiana" de Silicon Valley, de la inteligencia artificial, la digitalización del mundo y su organización algorítmica, que pretenden extraer beneficios del menor de los gestos humanos e instaurar un modelo civilizatorio basado en lo que llama Sadin "la civilización algorítmica".

Las reflexiones de Sadin rondan lo “tecnofóbico” según Pablo Manolo Rodríguez. Para el autor argentino, Sadin reproduce los prejuicios instalados por cierta línea de la filosofía de la técnica, que siguiendo el debate entre Cultura y Técnica dado en el siglo XIX, presupone una rivalidad de la técnica respecto a lo humano. Es así, que un autor que el propio Sadin cita, Gilbert Simondon, había dicho que se debe desactivar esa oposición, para comprender la relación entre cultura y técnica y su actualidad: “los algoritmos no son objetos autónomos, sino que ellos mismos están moldeados por la presión de fuerzas sociales externas”. También se podría decir que los algoritmos, más que recibir una presión externa, son ellos mismos expresión de fuerzas sociales y culturales.

Capitalismo de plataformas. Clase 4.

Resultado de imagen de nick srnicek

Tanto la crisis ecológica como la crisis económica son constantes en nuestro tiempo. Ahora bien, ¿cómo gestionar una situación de crisis permanente? ¿Cómo devolverle vitalidad a un capitalismo en dificultades? Y más aun, ¿qué técnicas de gobierno se despliegan frente a ello? La respuesta está (siguiendo a Nick Srnicek en su libro Capitalismo de plataformas, y a Facundo Carmona en su artículo El algoritmo caníbal) en los datos.



El capitalismo del siglo XXI se volcó a los datos como estrategia para afrontar las diversas crisis que se ciernen sobre su modelo de acumulación. Esta mutación se sostiene gracias principalmente a dos fenómenos: la digitalización del mundo y el procesamiento de datos.

El datamining procesa en tiempo real la totalidad de la realidad (desde fábricas a comportamientos de consumo) a partir de una perspectiva probabilística a-subjetiva, que prescinde de hipótesis previa e interpretación posterior. ¿Qué resulta de esto? La perfilización y la anticipación de los comportamientos individuales, sociales, naturales y maquínicos.

En Capitalismo de plataformas, Nick Srnicek apunta las condiciones históricas que posibilitaron la organización social contemporánea. Srnicek identifica tres momentos esenciales en la emergencia de la economía digital: la recesión de los años 70, el boom y caída de los años 90, y la respuesta a la crisis del 2008.

La crisis de sobreproducción de los años 70 se sorteó con el
desmantelamiento del modelo fordista estadounidense. La producción a gran escala fue suplantada por la fabricación a pedido del modelo toyotista
japonés, abaratando costos de stock, almacenamiento y mano de obra. Con los años 90 llegó el boom de la comercialización de Internet y una expansión global de tecnologías que favoreció la deslocalización y tercerización. Por aquellos años nació el “Designed by Apple in California. Assembled in China”:
el diseño y el marketing se manejan desde las economías de altos ingresos, mientras que la manufactura se deslocaliza hacia las economías emergentes. ¿El resultado? La crisis global de fines de los años 90.

Estados Unidos superó esa crisis con “keynesianismo financiero”: el Banco Central bajó estrepitosamente su tasa de interés, lo que propició que los Hedge Funds (fondos especulativos) colocaran dinero en inversiones de riesgo. Esa política evitó el gasto estatal y eximió a la industria de ser competitiva. Los flujos de inversión viraron hacia el mercado inmobiliario y las empresas de tecnología. Las consecuencias, años después, son conocidas: se desencadenó la burbuja inmobiliaria que estalló en el año 2008, y se propició el crecimiento de industrias vinculadas al desarrollo de plataformas (como Facebook y Google), capaces de extraer y controlar una inmensa cantidad de datos.

En su libro, Srnicek realiza un detallado análisis económico e histórico sobre los modelos de negocios de las plataformas digitales, con la intención de demostrar que internet fue privatizado y casi monopolizado por ciertas empresas (las plataformas), basadas en la extracción permanente de datos, de la misma manera que el viejo capitalismo extractivo lo hacía con las materias primas.

Las plataformas son “infraestructuras digitales que permiten que dos o más grupos interactúen”. Se trata de un nuevo modelo de negocios que ha devenido en un nuevo y poderoso tipo de compañía, el cual se enfoca en la extracción y uso de los datos. Las actividades de los usuarios son la fuente natural de esa materia prima, la cual, al igual que el petróleo, es un recurso que se extrae, se refina y se usa de distintas maneras.

Las plataformas dependen de los “efectos de red”: mientras más usuarios tenga, más valiosa se vuelve. Ejemplo: mientras más personas googlean, más preciso se vuelve el algoritmo de Google y más útil nos resulta. Ello significa que hay una tendencia natural a la monopolización. Para garantizar estos efectos de red, las plataformas utilizan “subvenciones cruzadas” para captar usuarios, es decir, la prestación gratuita de algunos servicios se compensa con el cobro de otros: por ejemplo, Google contrabalancea la gratuidad de su servicio de Gmail con el dinero que genera por publicidad.

Por último, el autor señala que, si bien suelen postularse como escenarios neutrales, como “cáscaras vacías” en donde se da la interacción, las plataformas en realidad controlan las reglas de juego: Uber, por ejemplo, prevé dónde va a estar la demanda y sube los precios para una determinada zona. Esta mano invisible del algoritmo contradice el discurso que suelen tener estas empresas, en el cual se definen como parte de la “economía colaborativa”

Nuestro autor cataloga a las plataformas de acuerdo al uso que realizan de la información. Postula cinco tipos de infraestructuras digitales:

a) Plataformas publicitarias (Google, Facebook): que extraen información de los usuarios, la procesan y luego usan esos datos para vender espacios de publicidad.

b) Plataformas de la nube (Amazon Web Services, Salesforce): que alquilan hardware y software a otras empresas.

c) Plataformas industriales (General Electric, Siemens): que producen el hardware y software necesarios para transformar la manufactura clásica en procesos conectados por internet, lo que baja los costos de producción.

d) Plataformas de productos (Netflix, Spotify, Rolls Royce), que transforman un bien tradicional en un servicio y cobran una suscripción o un alquiler.

e) Plataformas austeras (Airbnb, Uber, Glovo, Rappi): que proveen un servicio sin ser dueñas del capital fijo.

El autor dedica un extenso apartado a este último tipo. Las define como plataformas austeras porque prácticamente carecen de activos: Uber no tiene una flota de taxis, Airbnb no tiene departamentos y Rappi no tiene bicicletas. El único capital fijo relevante es su software. Por lo demás, operan a través de un “modelo hipertercerizado” y deslocalizado. Sus ganancias se basan en una baja inversión en activos y, en el caso de Uber, el pago a los conductores mediante sistemas de contratación que no impliquen grandes gastos en salarios. Por ejemplo, a sumar a un sector de la población con dificultades para conseguir trabajo, aprovechando así el desempleo y la precarización. Este mecanismo también se puede encontrar en otras compañías de la llamada "economía colaborativa", como los servicios de delivery tipo Rappi o Glovo.

Gubernamentalidad algorítmica y biopolítica informacional. Clase 3.

La imagen puede contener: 2 personas, personas sentadasSi bien Deleuze en 1990 describía la crisis de la sociedad disciplinaria y su paso a la sociedad de control, ya Foucault en una revista japonesa como en la Universidad de Vincennes hacía referencia a la crisis de las disciplinas.

En Vincennes, Foucault habla de un "nuevo orden interior", el cual implicará realizar un “marcaje, es decir, la localización de un cierto número de zonas que podemos llamar ‘zonas vulnerables’, en las que el Estado no quiere que suceda absolutamente nada”. Serían las zonas de máxima seguridad, de “tolerancia cero”, que tendrán como contracara (y este es el segundo rasgo) una nueva y mucho más amplia zona de tolerancia en la que se relajarán los controles policiales cotidianos. A partir de una evaluación de tipo costo-beneficio, el Estado dejará de intervenir toda vez que la intervención sea demasiado costosa (tanto en lo económico como en lo político) comparada con dejar que ciertos comportamientos se produzcan. En ella, la regulación se producirá precisamente por la ausencia del Estado, y no por su presencia. El tercer elemento que vislumbra Foucault es el desarrollo de “un sistema de información general” que no tiene por objetivo fundamental la vigilancia de cada individuo sino, más bien, la posibilidad de intervenir cuando sea necesario, lo cual “conduce a la necesidad de extender por toda la sociedad un sistema de información que, en cierta forma, es virtual; que no será actualizado” sino solamente cuando sea necesario.
Finalmente, el cuarto aspecto para que este nuevo orden interior funcione, es la constitución de un consenso que pasa por los mass media, y que, en cierta forma, y sin que el poder tenga que intervenir por sí mismo, sin que tenga que pagar el costo muy elevado a veces del ejercicio del poder, va a significar una cierta regulación espontánea que va a hacer que el orden se autoengendre, se perpetúe, se autocontrole a través de sus propios agentes de forma tal que el poder […] tendrá la posibilidad de intervenir lo menos posible y de la forma más discreta.

Complementando todo esto, está el concepto de gubernamentalidad, desarrollado por Michel Foucault en su curso "Seguridad, territorio y población", con la intención de plantear una nueva grilla de inteligibilidad del poder, más allá del modelo disciplinario, o sea, una nueva relación entre tecnologías de poder y modos de subjetivación. La gubernamentalidad es una modalidad de poder que no precisa para su ejercicio de la coacción directa ni del contacto físico con los individuos: es un poder a distancia, una intervención exhaustiva no sobre los individuos (como las disciplinas) sino sobre las reglas del juego, sobre un medio ambiente. Se trata de la conducción de las conductas, gestionando un campo de posibilidad (de ahí que la estadística o incluso la economía política sean sus saberes claves). En este sentido, el poder se ejerce únicamente sobre sujetos libres y sólo en la medida en que son libres. En definitiva, el gobierno “deja hacer” a los individuos, sobre cuyas acciones ejerce, no una reglamentación inflexible, como era el caso de la disciplina, sino una labor general de dirección.

Siguiendo a Manolo Rodríguez, podemos traer a la actualidad la cuestión de la gubernamentalidad, por medio de la noción de "gubernamentalidad algorítmica” la cual transcurre en la vigilancia distribuida a través de perfiles de redes. Los autores Antoinette Rouvroy y Thomas Berns han propuesto el término gubernamentalidad algorítmica para explicar cierto “nuevo orden informacional”. Este proceso se puede dividir en tres etapas:

1) La datavigilancia, es decir, recopilación y conservación automática de los datos que ya existían antes de las redes sociales.

2) La minería de datos, que aprovecha la recopilación de la datavigilancia, en función de un análisis automatizado que busca “hacer emerger correlaciones sutiles”, sin necesidad de una hipótesis previa, como planteaba la estadística tradicional, todo para que resulte cierto perfil.

3) Estos perfiles son utilizados en sentido probabilístico, para así anticipar comportamientos individuales.

Estos pasos de elaboración de perfiles pasan a una construcción futura de lo que deberían hacer, o sea, una gestión de las conductas de la población en base a todo lo citado. Por ejemplo Facebook: desde el “me gusta”, “personas que quizás conozcas” hasta “en qué estás pensando”, etc… es la puesta en marcha de la perfilización, es un acto de gubernamentalidad algorítmica.

¿Cómo se relaciona la “biopolítica informacional” con la gubernamentalidad algorítmica? Si bien la gubernamentalidad algorítmica tiene que ver con la vigilancia distribuida a través de redes; la biopolítica informacional tiene que ver con las estrategias de intervención sobre la existencia tanto individual y colectiva para lograr potenciar y desarrollar la vida, orientado en un complejo sistema de info-comunicaciones, que tienen como principal objetivo un nuevo modelo gubernamental-económico. Axel Branco Fraga propuso que la biopolítica informacional es un “conjunto de técnicas, procedimientos y saberes que regulan la vida por medio de informaciones”, ya no el control cuerpo a cuerpo disciplinario, sino políticas de inclusión pública, de concientización, prevención. Toda una promoción de la “vida saludable”. Lo interesante de esto es que (siguiendo a Flavia Costa) tanto el cuerpo individual y el cuerpo especie son interpelados, atravesados, organizados y modelados por una serie de informaciones.

Todo esto se encuentra vinculado con la apariencia de una utopía comunicacional: la biopolítica informacional, que busca la codificación de cuerpos transparentes que puedan ser puestos en la gramática virtual, concretando el ideal de transparencia y legibilidad total. La gran relación entre ambas visiones es que se juegan en gran medida la cuestión informacional y algorítmica, complementándose mutuamente y complejizando nuestro presente.

Hipótesis cibernética: Tiqqun y Nolbert Wiener. Clase 2.


La imagen puede contener: exterior


La hipótesis cibernética es el nombre que el colectivo Tiqqun le da a uno de sus últimos escritos traducidos al español. En esta obra reflexiona y alerta sobre las mutaciones que se están dando en nuestro presente: "un mundo enteramente, organizado en red, transparente, conectado, dinaámico, auto-organizado, fluido".
Tiqqun da cuenta del desplazamiento de la racionalidad de gobierno liberal (hipótesis liberal) a una nueva racionalidad basada en la teoría cibernética (hipótesis cibernética); la primera tiene como base la razón y el interés; mientras que la segunda está centrada en el nuevo orden informacional. La cibernética relanza la hipótesis liberal, subrayando el papel de la autorregulación (ya descrito por Adam Smith en su famosa mano invisible), pero ahora con notables variaciones. En el liberalismo la autorregulación era de mercado, la cibernética en cambio habla de autorregulación en términos tecnológicos e informacionales.
La teoría cibernética consiste en la ciencia del gobierno y el control sobre la máquina y el animal, fundada por los científicos e ingenieros Norbert Wiener, Claude Shannon, Gregory Bateson y John Von Neumann. Su nombre viene del vocablo griego “Kubernesis”, que significa “piloto” o “regulador”, el cual dará origen al término gobierno.
Las tres claves para comprender esta teoría (siguiendo a Amador Fernández Savater) son:
– El orden (como disminución de la entropía). Gobernar el comportamiento de personas o máquinas exige mecanismos de control que aseguren el orden, contrarrestando la tendencia a la desorganización.
– La clave del gobierno (“conducir la conducta”) es la información. La información es estadística por naturaleza y se organiza según las reglas de la probabilidad. Conocer los patrones de conducta del presente nos permitirá predecir y guiar las acciones futuras.
– El control es, en definitiva, un problema de información y se consigue optimizando la comunicación entre las partes: el feedback (intercambio de información o realimentación ) es clave en la teoría cibernética.
Este nuevo entorno, al cual Tiqqun llama capitalismo cibernético sería: un mundo transparente, traducido íntegramente a información, donde cada gesto, cada servicio, cada decisión y cada proceso generan una masa de datos (Big Data), a procesar posteriormente por máquinas, algoritmos, reglas automáticas; una sociedad-red, donde toda relación se establece como feedback o interacción. En este sentido gobernar no sería tanto imponer o legislar, sino “coordinar racionalmente los flujos de informaciones y decisiones que se producen ‘espontáneamente’ en el cuerpo social”.
Como también sostendrá Camilo Rios (siguiendo a Manolo Rodríguez), se trata de un sistema descentralizado, una red de sistemas que se auto-organizan a partir de la dispersión de mecanismos de retroalimentación que nos hacen partícipes de las prácticas de gobierno que operan sobre nosotros mismos. Pensemos por ejemplo en Google, en Facebook; se trata siempre de monitorear la realidad, de recoger, procesar y conectar datos, de dar acceso y hacer de cada usuario un co-desarrollador. Cuanto más sepamos, más capacidad de gestión en tiempo real y más capacidad de anticipación tendremos. Gobernar es anticipación, es el gobierno de la probabilidad en función de la predictibilidad.

Deleuze y la sociedades de control. Clase 1.


La imagen puede contener: 1 persona, gafas y primer plano

Deleuze en su opúsculo titulado Post Scriptum sobre las sociedad de control, describe el desplazamiento de la sociedd disciplinaria a la sociedad de control, siendo las nuevas tecnologías de información y la cibernética los centros de esta mutación. 
Las disciplinas constituyen una tecnología de poder, caracterizado por la constitución de cuerpos productivos, o sea, económicamente rentables y políticamente dóciles, a través del moldeamiento, de la distribución del espacio y ordenamiento del tiempo, en lugares de encierro (familia, escuelas, cuarteles, fábricas, hospitales y cárceles).
En cambio, el control sería producto de la crisis de estos lugares de encierro, donde, siguiendo lo planteado en las novelas paranoicas de William Burroughs, la vigilancia ya no es externa ni jerarquizada como en el panóptico, sino dispersa e interiorizada por cada uno de nosotros. Ya no se trataría del “moldeamiento disciplinario”, sino de la “modulación” de nuevas formas de subjetividad. Ya no son moldes rígidos, sino flexibles, maleables y autodeformantes que cambian de un momento a otro. El control se hace de manera continua, instantánea y al aire libre, en función a la gestión de la probabilidad, siguiendo modelos de predictibilidad y anticipación de los comportamientos, que no serían posibles sin las nuevas tecnologías de la información.



SEMINARIO


Filosofía, sociedad y tecnología.





Idea-fuerza:
Nuestra época se ve afectada por grandes transformaciones: cultura, economía, tecnología, estilos de vida son algunos de los cambios más visibles, tanto en las sociedades europeas como latinoamericanas. Para algunos autores, el origen de tales transformaciones se da después de la Segunda Guerra Mundial, con el avance de las tecnologías de información y su efecto en la organización social. Otros, en cambio, han hablado de una transición hacia una nueva fase del capitalismo, donde el trabajo y la acumulación han adquirido nuevas formas. 
Gilles Deleuze a principios de los 90 había escrito un breve texto titulado Post-scriptum sobre la sociedad de control, en el cual hablaba de una crisis de las sociedades disciplinarias, producto de las nuevas tecnologías de la información, dando paso a las sociedades de control. El debilitamiento de los ámbitos de encierro (familia, escuela, fábrica, cuarteles, hospitales y cárceles), propios de las disciplinas, han dado lugar a un nuevo mecanismo de poder (el control), el cual ya no trataría de moldear los cuerpos, sino de modular las subjetividades.
En concordancia a lo planteado por Deleuze, en el curso trataremos temas como: la emergencia de una nueva racionalidad de gobierno: la gubernamentalidad algorítmica, caracterizada por la vigilancia y la conducción de las conductas por medio de algoritmos; el liberalismo y su expansión por una nueva tecnología de gobierno, la cibernética; el desarrollo de una mutación en el capitalismo tardío, llamado por algunos autores como capitalismo de plataformas, cuya materia prima son los datos (Big data) y su expansión producto de una nueva ideología: la siliconización . Estos fenómenos generan no solo un cambio en la organización de la sociedad, sino también una mutación antropológica y afectiva, consecuencia de la hiperconectividad y de los modos de subjetivación.
En síntesis, este seminario tiene como propósito analizar el efecto de estas nuevas tecnologías, tanto en la sociedad como en los individuos. Para el cometido utilizaremos tanto autoras como autores de distintas disciplinas, como son la filosofía, la sociología, la antropología, la economía y la crítica cultural, con una mirada transversal sobre la realidad actual. También nos serviremos para tal propósito, de clarificar los conceptos, de ejemplos traídos de la literatura, del cine, de series y la animación japonesa.
Carga horaria: 24 horas. 3 horas cátedra.  
Coordinadores:
Raúl Acevedo (1991). Licenciado en Filosofía por la Universidad Nacional de Asunción. Docente e investigador independiente. Gestor cultural con Sebastián Arestivo de Filosofía en el Bar. Ha presentado trabajos académicos en universidades locales e internacionales. Estuvo a cargo del Seminario Una analítica foucaultiana: Biopolítica y discurso identitario en Paraguay. Su interés gira alrededor de la filosofía contemporánea, específicamente la construcción de la subjetividad en relación con la cultura, la estética, la política y las tecnologías digitales.
Nicolás Gayol (1989). Cursó la carrera de Filosofía en la Universidad Nacional de Asunción. Ha presentado trabajos académicos en universidades locales e internacionales. Actualmente se encuentra en la elaboración de la tesina, enfocado en la “Gubernamentalidad y neoliberalismo en Michel Foucault”.

Todos los martes desde el 3 de marzo al 21 de abril.
De 18: 45 a 21: 30 hs.
Encuentro de 8 (ocho) sesiones.
Costo: 300.000 gs o 2 cuotas de 150.000 gs.
Dirección: ISEHF. Colón 1163 casi Ygatimy.

Programa:
Clase 1. Deleuze y las sociedades de control.
Crisis de la sociedad disciplinaria. Moldeamiento de los cuerpos. Masificación e individualización. Intermedio: ¿Sociedad seguritaria? Regulación de la libertad. Dispositivos: espacios de seguridad, relación con el acontecimiento,  normalización. El principio de algo: Sociedad de control. Modulación universal. De la forma-fábrica a la forma-empresa. Máquinas informáticas y ordenadores. 
Clase 2. Hipótesis cibernética: Tiqqun y Norbert Wiener.
Borges: el mapa y el territorio. La nueva ilustración: la cibernética. Norbert Weiner: Todo es comunicación. La fábula de las abejas. Expansión de la hipótesis liberal. Un nuevo enemigo: La hipótesis cibernética.
Clase 3. Gubernamentalidad algorítmica y Biopolítica informacional.
Gubernamentalidad y tecnologías algorítmicas del yo. Vigilancia y conducción de las subjetividades. Sociedad de los metadatos. Cultura algorítmica. Humanidad asistida. Perfilización de la vida social. Estrategias de intervención: Biopolítica e información.   Politización de la vida biológica y  tecnificación de los procesos productivos.
Clase 4. Capitalismo de plataformas.
La larga recesión: Crisis del modelo keynesiano y fordista. El boom de los 90 (.com). La crisis del 2008. Las plataformas digitales. Economía colaborativa y economía digital. El big data: los datos como materia prima del capitalismo.
Clase 5. Humanidad aumentada y siliconización del mundo
Una nueva ideología: Silicon valley. La expansión del tecnolibertarismo. Una nueva visión del mundo: Tecnologías exponenciales y descalificación de la acción humana. Transhumanista y singularidad. Gilbert Simondon: Cultura y técnica. Superación de la tecnofilia transhumanista y la tecnofobia humanista.
Clase 6.  El hombre post-orgánico en la época de la extimidad. 
 El relato prometeico: Frankenstein y los límites de lo humano. El proyecto fáustico: El hombre post-orgánico. Del productor disciplinado al consumidor controlado. La digitalización de la vida. El Show del yo. El declive de lo público. Lo espectacular y la gestión de sí como marca. 
Clase 7. Híper-expresividad y patologías contemporáneas.
Nuevas formas de socialización laboral: mutación conectiva. Trabajo abstracto y precarización. Ciberespacio: info-trabajo y paquetes de tiempo. Reformateo de la actividad mental. Trabajador cognitivo y farmacología. Patologías y expansión psicofarmacológica: Depresión, pánico, angustia, sensación de soledad, miseria existencial. 
Clase 8. Realismo capitalista: ¿No hay alternativa? 
Mark Fisher y la caja de herramienta: la cultura popular. Capitalismo real. La lenta cancelación del futuro. Impotencia reflexiva e inmovilización. Educación y salud mental en la era digital. La hedonia depresiva. Privatización del estrés. Hauntología: recepción, distribución y consumo cultural. Melancolía y fantasma: La conjura.
(Observación: el programa esta sujeto a cambios y modificaciones)
Bibliografía:
-          Avanessian, A. y Reis, M. (comps.). (2017). Aceleracionismo. Estrategias para una transición hacia el postcapitalismo. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Caja Negra.
-         Berardi Bifo,F. (2017). Fenomenología del fin. Sensibilidad y mutación conectiva. Buenos Aires: Caja Negra Editora.
-         ______________. (2007). Generación Post-Alfa: patologías e imaginarios en el semiocapitalismo. Buenos Aires: Tinta limón.
-          _______________. (2003). La fábrica de la infelicidad. Nuevas formas de trabajo y movimiento global. Madrid: Traficante de sueños.
-          Blanco, J., Parente, D., Rodríguez, P. y Vaccari, A. (coords.) Amar a las máquinas – Cultura y técnica en Gilbert Simondon. Buenos Aires: Prometeo.
-         Bruno, F. (2013).  Máquinas de ver, Modos de ser. Vigilância, tecnologia e subjetividade. Porto Alegre: Editora Sulina.
-         Costa, F. y Rodríguez, P, (2010). “La vida como información, el cuerpo como señal de ajuste: los deslizamientos del biopoder en el marco de la gubernamentalidad neoliberal”. En Lemm, Vanessa (ed.) Michel Foucault: Neoliberalismo y Biopolítica, Santiago de Chile: Editorial Universitaria de la Universidad Diego Portales.
-         Costa, F. (2011). Sobre las formas de vida tecnológicas y las prácticas biopolíticas.  Revista Observaciones filosóficas. Revista de Filosofía Nro.13. Santiago de Chile. ISSN 0718-3. En:  http://www.observacionesfilosoficas.net/sobrelasformasdevida.htm
-          _________. (2011). Biopolítica informacional. Apuntes sobre las tecnologías de gobierno de los públicos en las sociedades de control, Revista Espacios Nueva Serie Nº 7 año, Número especial Biopolítica Hoy. Universidad Nacional de la Patagonia Austral, pp. 138-153.
-         __________. (2011). Apuntes sobre las ‘formas de vida tecnológicas, Revista Sociedad. Nro.29/30.Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales y Prometeo Libros, Universidad de Buenos Aires, pp. 67-81.
-          __________. (2015). Nuevos cuerpos productivos. Fitness, gubernamentalidad y el sentido práctico de la 'buena presencia'. Artefacto. Pensamientos sobre la técnica; Buenos Aires; p. 22 – 30.
-         __________. (2017). Omnes et singulatim en el nuevo orden informacional. Gubernamentalidad algorítmica y vigilancia genética. Poliética: Revista de Ética e Filosofía Política; Lugar: San Pablo. vol. 5
-          Deleuze, G. (1996). Control y devenir. En Conversaciones. pp. 265-276. Valencia: Pre-Textos.
-         __________. (1998). Posdata sobre las sociedades de control. En Ferrer, C. (Comp.). El lenguaje libertario. Antología del pensamiento anarquista contemporáneo. Buenos Aires: Altamira.
-         ___________.  (2007).  ¿Qué es el acto de creación?. En Deleuze, G. Dos regímenes de locos. Valencia: Pre-Textos.
-         Fisher, M. (2016). Realismo capitalista ¿No hay alternativa? Buenos Aires: Caja negra.
-          _________. (2018). Los fantasmas de mi vida. Escritos sobre depresión, hauntología y futuros perdidos. Buenos Aires: Caja negra.
-           Foucault, M. (1978). La société disciplinaire en crise. Recuperado de http://1libertaire.free.fr/MFoucault113.html
-         _________ (1991). Saber y verdad. Madrid: La piqueta.
-          _________ (2006). Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión. Buenos Aires: Siglo Veintiuno.
-         _________. (2011). Seguridad, territorio, población. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
-          Heredia, J. M. (2017). Simondon como índice de una problemática epocal (tesis doctoral). Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires.
-         Lash, S. (2005). Crítica de la información. Buenos Aires, Amorrortu.
-          Montoya Santamaría, J. W. (2006). La individuación y la técnica en la obra de Simondon, Medellín: Ed. Universidad EAFIT.
-          Rios, C. (2017). Una lectura en perspectiva de 'vigilancia' de La hipótesis cibernética de Tiqqun. En: Rios, C. (Ed. Y Comp.). ¿Nuevos paradigmas de vigilancia? Miradas desde América Latina. Memorias del IV Simposio Internacional LAVITS, Buenos Aires. Córdoba: Fundación Vía Libre. Pp. 357-368.
-          Rouvroy, A. y Berns, T. (2018). Gobernabilidad algorítmica y perspectivas de emancipación: ¿lo dispar como condición de individuación mediante la relación? Ecuador Debate, 104: 124-147.
-         O’Neill, C. (2017). Armas de destrucción matemática. Cómo el big data aumenta la desigualdad y amenaza la democracia. Madrid: Capitán Swing.
-         Srnicek, N. (2018). Capitalismo de plataforma. Buenos Aires: Caja Negra Editora.
-         Rodríguez, P. M. (2019). La palabra en las cosas. Saber, poder y subjetivación entre algoritmos y biomoléculas. Buenos Aires: Cactus.
-         Rodríguez, P. (2012). Historia de la información. Buenos Aires: Capital intelectual.
-         Sibilia, P. (2005). El hombre postorgánico. Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
-         _________. (2008). La intimidad como espectáculo. Buenos Aires: Fondo de Cultura  Económica.
-          __________. (2014). Cuerpos reprogramables: De la normalización a la optimización. Bordes. Revista de estudios culturales, n°7, p. 40-56.
-         Sadin, É. (2017). La humanidad aumentada. Buenos Aires: Caja Negra.
-         __________. (2018). La silicolonización del mundo. La irresistible expansión del liberalismo digital. Buenos Aires: Caja Negra.
-         Simondon, G. (2007). El modo de existencia de los objetos técnicos. Buenos Aires: Prometeo.
-         Tello, A. M. (2019). Tecnologías algorítmicas del yo. Foucault en Silicom Valley. En. Fuster Sanchéz, N.  y Tello, A. M. (Comp.). Subversión Foucault. Usos teóricos-políticos. Santiago: Metales pesados.
Tiqqun (2016). La hipótesis cibernética. Buenos Aires: Hekht Libros
-          Wiener, N. (1960). Cibernética. Madrid: Guadiana.
-          _________. (1988). Cibernética y sociedad. Buenos Aires: Sudamericana.