Hiper-expresividad y patologías contemporáneas. Reseña para la clase 7.


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Franco BIFO Berardi es un activista y pensador contemporáneo italiano, que goza de una gran repercusión en Latinoamérica, especialmente en Argentina y Chile. El interés del autor es trazar las nuevas mutaciones del capitalismo, el cual ya no sólo se apropia de la fuerza de trabajo, sino del deseo, de la imaginación y de los afectos (Berardi lo llama semiocapitalismo).
Lo que nos interesa de la profunda reflexión de BIFO, es trabajar las nuevas formas de socialización laboral que aparecen con el boom de la web en los 90. Entender la re-definición que hace Berardi del concepto de “trabajo abstracto” propuesto por Marx para poder pensar las nuevas formas de precarización laboral. Estas nuevas precarizaciones tienen una fuerte relación con el trabajo cognitivo, es decir, con las nuevas formas de explotación que abarcan la creatividad y el pensamiento, y todo esto con la expansión de las nuevas tecnologías informativas.
Con la transformación de las tecnologías digitales se ha puesto en marcha diferentes fragmentos de trabajo en un mismo flujo de información y producción, en la red, rompiendo así la función de mando jerárquico de las fábricas, ahora la función es transversal y desterritorializante, impregnando cada fragmento de tiempo de trabajo, aunque no se identifique con un lugar particular, con una persona, con una jerarquía.
La figura del obrero deviene en empresario de sí. La figura del trabajador asalariado clásico, a quien el empresario debía garantizar asistencia, pensión y vacaciones, cambia drásticamente, es ahora el propio trabajador-empresario de sí que debe hacerse cargo de tal protección. Con esto el empresario de sí, culturalmente, debe identificarse con su tarea, una especie de misión existencial que la sociedad le ha encomendado, cargando con los logros o fracasos que tienen relación con el plano económico.
No es raro por ello que aparezcan nuevas patologías y una expansión de medicamentos para “aliviar” los malestares de la sociedad. Con la creciente competitividad que impera en la actualidad, se produce una fuerte estimulación narcisista que trae consigo ciertos riesgos. BIFO dice que la norma social no admite la posibilidad del fracaso, porque éste es situado en el terreno psicopatológico. La norma social no admite el fracaso dentro de la nueva economía.
Para ser eficiente en esta nueva economía de competición, es cada vez más necesario el uso de sustancias psicoestimulantes o antidepresivos. BIFO se pregunta cuantos operadores sobreviven sin consumir Prozac, Zoloft o cocaína. Esta habituación a sustancias psicotrópicas es un elemento estructural de la economía psicopatógena. Cuando el imperativo de la competición es fundamental en la vida social, se puede estar seguro de producir las condiciones para la aparición de una depresión de masas. La actualidad del pánico y la depresión en la época del hipercapitalismo liberal no es nada extraño.


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