Siguiendo las huellas de pensadores como Foucault, Deleuze o Guy
Debord, la antropóloga e investigadora Paula Sibilia ha reflexionado sobre la
relación entre cuerpos, subjetividades y tecnologías en las sociedades
contemporáneas.
La autora argentina trata de explicar los cambios sociales que
se están dando en nuestro presente: desde la crisis del sujeto moderno y su
visión antropocéntrica; la metamorfosis de las relaciones sociales producto de
la hiperconectividad; las nuevas modalidades de control que se ejercen sobre
los cuerpos y las subjetividades, tanto de manera directa e indirecta y la
expansión de la extimidadad como imperativo de modo de vida en el mercado del
marketing.
En el hombre postorgánico, Sibilia parte de la descripción de la
mutación del capitalismo, y su transición de industrial, mecánico y analógico,
a un capitalismo postindustrial, digital e informático.
Foucault analizó con detalle los mecanismos disciplinarios que
hacían funcionar la sociedad industrial con el ritmo siempre cronometrado de
infinitos relojes, cada vez más precisos.
En el periodo industrial (dice Sibilia) el reloj tenía la
función de marcar mecánicamente el paso del tiempo, simbolizando la
transformación esencial de la sociedad occidental al industrialismo en su
lógica disciplinaria. El sujeto estaba condicionado a cumplir cierto horario
laboral en la fábrica, en la escuela, en su hogar, en su tiempo de ocio. El
reloj distribuía de manera mecánica y eficiente toda la vida de los
sujetos, desarrollando técnicas de moldeamiento y normalización. Es así que
surgió en palabras de Sibilia, el productor disciplinado.
En las últimas décadas, sin embargo, se desencadenó un proceso
vertiginoso de transición de aquel régimen industrial hacia un nuevo tipo de
capitalismo, globalizado y postindustrial. Deleuze sistematizó este conjunto de
transformaciones, vislumbrando la formación de un nuevo tipo de sociedad: La
sociedad de control.
A medida que pierde fuerza la vieja lógica mecánica (cerrada y
geométrica, progresiva y analógica) de la sociedad disciplinaria, emergen
nuevas modalidades digitales (abiertas y fluidas, continuas y flexibles) que se
dispersan aceleradamente por toda la sociedad de control.
Si en el período industrial (sociedad disciplinaria) se buscaba
que los sujetos sean dóciles y productivos, en la sociedad de control las
fuerzas vitales se metabolizan, cambiando constantemente al mercado de las
nuevas subjetividades, formando parte de diversas muestras, nichos de mercado,
segmentos de público, targets y bancos de datos. Sibilia subraya con esto, que
los “modos de ser” se vuelven mercaderías de gran valor, de consumo inmediato
por los “targets” a los cuales se dirige. Ya no se trata del productor
disciplinado, sino del "consumidor controlado" de nuestro tiempo.
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